lunes, 25 de mayo de 2015

Las hamacas y tarrayas de Don Goyo Taboada


Hace tiempo que nuestros caminos se enredaron. Han pasado los años y hoy los hilos de la memoria me trajeron su recuerdo. Lo conocí por mi padre Alfonso Espín de quien era su amigo y le decía Ponchito. Se conocieron cuando ambos trabajaban para mi abuelo Filiberto, fue Don Goyo quien enseñó a mi padre a manejar el tractor para arar la tierra donde se cultivaron los mejores melones de Morelos allá por los años sesentas y que eran de denominación orgullosamente Tehuixtlense. 

Sembraron arroz, café, tomate, jitomate, maíz, ajonjolí, cacahuate, sorgo, sandía, melón, aguacate y caña, que se exportaba allende las fronteras del país, eran otros tiempos y el campo daba para comer y para vivir. 

Su nombre completo era Gregorio Taboada Taboada fue hijo de Ignacio Taboada e Isodora Taboada y nació el 17 de noviembre de 1927 en Santa Teresa Guerrero y murió el 26 de junio del 2002 en su casa en la colonia la Nopalera en Tehuixtla Mor., su esposa se llama Victorina Silva Estrada y es originaria de Buenavista de Cuellar Gro. Es hija de la Sra. Guadalupe Estrada Paniagua y el Sr. Ignacio Silva.

Don Goyo como le decían de cariño llegó a Tehuixtla en el año de 1947 y se casó con doña Victorina en el año de 1951, tuvieron 8 hijos; Ignacio, Juan Luis, Ma. de la Luz, Gregorio (+), Asunción, Mario, Víctor y Marcos. 

Fue un hombre muy trabajador y sonriente, de un espíritu sencillo y amistoso, siempre tenía una palabra de aliento para sus amigos y de amor para su familia. Mis recuerdos de Don Goyo me vienen de mi infancia, cuando acompañaba a mi papá a saludarlo a su casa, donde se pasan horas platicando y tomando tragos de buen aguardiente de Guerrero.

Ahora me arrepiento de no haber prestado atención a esas pláticas. Entre trago y trago Don Goyo nunca dejaba de trabajar sus tarrayas o hamacas, esos oficios los aprendió aquí en Morelos. Así lo recuerdo nítidamente, sentado en una silla con su playera blanca, pantalon beige y con miles de hilos coloridos atados de un palo que pendían del techo, dejándolos caer como un pabellón o una cascada y Don Goyo iba amarrándolos ayudado únicamente con un hueso o aguja de madera. ¿Qué hace Don Goyo?- ¡Aquí no más haciendo nuditos!… me decía y soltaba la carcajada -¡No se quieren! ¿Quién Don Goyo? -Los hilos Manolo, por eso hay que amarrarlos, cruzarlos pero no tan fuerte que se rasguen ni tan débilmente que no aprieten

Esos nudos al final de la jornada hacían un textil bellísimo como de seda que servía de estera para dormir sabrosamente, mitigando el calor del pueblo por sus huecos, envolviéndonos como en un capullo y arrullándonos con el vaivén de sus hamacas. Es extraño pero ahora que lo pienso, eran redes lo que en realidad hacia Don Goyo como también se le conoce a las atarrayas, ¿No es acaso una hamaca una red donde atrapan los hombres sus mejores sueños? ¿No se mueve la tarraya como la hamaca con el vaivén del agua? ¡Cuántas de sus tarrayas pescaron en el río o en Tequesquitengo! Y sacaron sabrosas mojaras que se guisaron al mojo de ajo, a la diabla o fritas simplemente. 

Don Goyo le sacó a la tierra sus frutos y disfrutó comérselos, le gustaban mucho los zapotes negros, trabajó en el campo, fue tractorista y en el año de 1959 se fue a trabajar a México a una chocolatera.

Siempre fue muy alegre y bromista pero eso no le quitaba que de vez en cuando fuera celoso con sus hijas cuando se arreglaban para ir a un baile, siempre las piropeaba antes de salir o les hacia algún remilgo sin que se le quitara la sonrisa innata en el rostro, a sus hijos en cambio, cuando querían salir con la novia o con los amigos, antes les decía: "hechale unas vueltas a las tarrayas" y tenían que hacerlo sí querían salir. A casi todos sus nietos e hijos les hizo su hamaca.

Sus descendientes lo recuerdan con mucho cariño, igual que sus amigos. Don Goyo fue un tejedor de historias que no se olvidan, atrapó entre sus redes mis recuerdos y me hizo prisionero de los arrullos de los hilos de sus hamacas. Me hubiera gustado entrevistar a Don Goyo y hacerle una foto tejiendo sus hamacas y tarrayas.

Doña Victorina Silva Estrada y Don Gregorio Taboada Taboada. 



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